De Santa Rosa a San Antonio
Mario Alberto Valderrama Yagué
Hay diferencias. No desde el punto del santoral Católico sino en lo social, político y económico. Ambas comunidades padecen similares problemas pero la de San Antonio diez veces mayores. Solo esperamos que se apruebe el plan de desarrollo y arranque su ejecución. Así no habrá excusa.
Llegan noticias del bajo perfil del gabinete. Quizá por ser profesionales jóvenes y con poca trayectoria ejecutiva. Sin embargo; esa ha sido una constante. Cada torero con su cuadrilla, es la regla que se aplica. No hemos salido de ese modelo de administrar que impide conformar un gabinete de todos los colores, pero empujando en el mismo sentido. Seguimos siendo pueblerinos así estemos de acuerdo que Pitalito es una micro Bogotá. Micro bomba social que requiere el concurso de todos para desactivarla.
Por eso a los pocos cien primeros días de este gobierno municipal es necesario recordar la vida, obra y sacrificio de Héctor Polanía. Más cuando el actual alcalde desconoce su sólido legado. Legado que se condensa en principios y valores, autoridad, humanismo, recta administración y combatividad. Algo que cada día es más escaso entre nosotros. Nada más fácil que mirar al horizonte y a la cúspide del poder nacional para ver cuánto se ha perdido en estos últimos siete años desde su sacrificio.
Al ex alcalde de Santa Rosa y hoy alcalde de San Antonio lo invitamos a seguir el camino de don Héctor: buen ejemplo para que regresemos a la práctica de los valores católicos; autoridad para que la seguridad, la tranquilidad y la salubridad sea en provecho de todos; humanismo para que Pitalito vuelva por el camino de ser la cuna de diversas manifestaciones culturales; recta administración para que veamos el presupuesto municipal invertido en obras benéficas para toda la comunidad laboyana y; combatividad para que defendamos a la comunidad de los corruptos y dilapidadores de los bienes públicos. Este sería el homenaje de su alcalde y de su pueblo de Laboyos que enorgullecería a don Héctor por toda la eternidad.
Hay diferencias. No desde el punto del santoral Católico sino en lo social, político y económico. Ambas comunidades padecen similares problemas pero la de San Antonio diez veces mayores. Solo esperamos que se apruebe el plan de desarrollo y arranque su ejecución. Así no habrá excusa.
Llegan noticias del bajo perfil del gabinete. Quizá por ser profesionales jóvenes y con poca trayectoria ejecutiva. Sin embargo; esa ha sido una constante. Cada torero con su cuadrilla, es la regla que se aplica. No hemos salido de ese modelo de administrar que impide conformar un gabinete de todos los colores, pero empujando en el mismo sentido. Seguimos siendo pueblerinos así estemos de acuerdo que Pitalito es una micro Bogotá. Micro bomba social que requiere el concurso de todos para desactivarla.
Por eso a los pocos cien primeros días de este gobierno municipal es necesario recordar la vida, obra y sacrificio de Héctor Polanía. Más cuando el actual alcalde desconoce su sólido legado. Legado que se condensa en principios y valores, autoridad, humanismo, recta administración y combatividad. Algo que cada día es más escaso entre nosotros. Nada más fácil que mirar al horizonte y a la cúspide del poder nacional para ver cuánto se ha perdido en estos últimos siete años desde su sacrificio.
Al ex alcalde de Santa Rosa y hoy alcalde de San Antonio lo invitamos a seguir el camino de don Héctor: buen ejemplo para que regresemos a la práctica de los valores católicos; autoridad para que la seguridad, la tranquilidad y la salubridad sea en provecho de todos; humanismo para que Pitalito vuelva por el camino de ser la cuna de diversas manifestaciones culturales; recta administración para que veamos el presupuesto municipal invertido en obras benéficas para toda la comunidad laboyana y; combatividad para que defendamos a la comunidad de los corruptos y dilapidadores de los bienes públicos. Este sería el homenaje de su alcalde y de su pueblo de Laboyos que enorgullecería a don Héctor por toda la eternidad.
Don Héctor Polanía Sánchez tuvo una visión superior a cuantos han pasado por la administración municipal. Aunque prefirió su vida pastoril en el Valle de Laboyos, siempre estuvo en su mente la proyección de Pitalito más allá de los límites parroquiales en cuanto a cultura, arquitectura y planificación urbana. Su visión, aunque en escala inferior dada las diferencias culturales,hizo de Pitalito una pequeña Europa tomando ejemplos de París, España e Italia. Lo recuerdan el parque de Valvanera, la torre de la iglesia de San Antonio y aún el diseño del Atrio, que pretendió ser café tipo parisino, entre otros. Hasta albergamos en ese tiempo a un destacado artista de la pintura y elaboración de mosaicos, el maestro Valencia, cuyas obras salía de Pialito al exterior. ¡Cuántas cosas se pueden recordar para que nuestros ediles y ejecutivos rescaten ese espíritu progresista que en obras dejó don Héctor Polanía Sánchez. De pronto se da el milagro en que el olmo dé peras. Ojalá.
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