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Herencias que nadie le gustaría recibir
Rubén Ordóñez Ortega
Especial para La Región
En estos comentarios hice hace algún tiempo unas consideraciones sobre Bioorgánicos del Sur, la empresa que nos dejó de recuerdo el alcalde Ramiro Falla, y que provocaron en su momento su airada reacción contra la persona del comentarista y no contra el comentario mismo. Hoy, después de tantos años, los hechos, que son tozudos, me dan la razón: Bioorgánicos como empresa procesadora de basuras y residuos sólidos es todo un fracaso, es un cáncer terminal incurable. Esta empresa debe ser liquidada por inviable y ruinosa. El alcalde actual Carlos Arturo Giraldo Aragón, tenía la idea de salvarla y ha hecho diligencias a porrillo para lograrlo, pero la enfermedad es demasiado grave. Llegan diariamente 50 toneladas de basura de los municipios del sur, socios que no han pagado, ni pagan, ni pagarán lo que les corresponde. La CAM ha puesto ocasión tras ocasión planes de recuperación que han sido sistemáticamente incumplidos, no por falta de voluntad sino por que la realidad supera el deseo y hoy procede a sancionar a Bioorgánicos con una multa, con cuya imposición cumple con su deber burocrático de vigilancia pero que acaba de matar al agónico paciente. Una banda transportadora y unos pocos obreros no alcanzan a clasificar la basura orgánica para aprovechar la que puede convertirse en abono y rentar el dinero. No hay clasificación en la fuente. Los plásticos, papeles, cartón, vidrios y latas no tienen sitio. No se tratan adecuadamente los lixiviados. A pesar que los municipios del sur son grandes deudores morosos la empresa les sigue recibiendo las basuras. Y el problema ecológico del sector es monumental. Las Empresas Públicas Municipales deben reasumir el tratamiento de las basuras de Pitalito en el lote de su propiedad de 6 hectáreas con la construcción de celdas adecuadas, solución de choque que servirá por unos 5 a 7 años. Y luego debe construir y adecuar rellenos sanitarios con toda la tecnología que ellos exigen e implantar tarifas diferenciales para los usuarios que clasifiquen en la fuente. Y aplicar ya el remedio por medio del Plan de Tratamiento Integral de Residuos Sólidos, Pgirt, con las entidades públicas que manejan la problemática de este sector. Esas son las herencias que nadie le gustaría recibir de malas administraciones pasadas. Pero ese tipo de problemas, hábilmente eludidos por recientes administraciones, son los que miden la capacidad creadora de nuestros gobernantes y en su solución el actual alcalde lo tendrá que enfrentar con decisión y valor para sacarlo a flote.
Rubén Ordóñez Ortega
Especial para La Región
En estos comentarios hice hace algún tiempo unas consideraciones sobre Bioorgánicos del Sur, la empresa que nos dejó de recuerdo el alcalde Ramiro Falla, y que provocaron en su momento su airada reacción contra la persona del comentarista y no contra el comentario mismo. Hoy, después de tantos años, los hechos, que son tozudos, me dan la razón: Bioorgánicos como empresa procesadora de basuras y residuos sólidos es todo un fracaso, es un cáncer terminal incurable. Esta empresa debe ser liquidada por inviable y ruinosa. El alcalde actual Carlos Arturo Giraldo Aragón, tenía la idea de salvarla y ha hecho diligencias a porrillo para lograrlo, pero la enfermedad es demasiado grave. Llegan diariamente 50 toneladas de basura de los municipios del sur, socios que no han pagado, ni pagan, ni pagarán lo que les corresponde. La CAM ha puesto ocasión tras ocasión planes de recuperación que han sido sistemáticamente incumplidos, no por falta de voluntad sino por que la realidad supera el deseo y hoy procede a sancionar a Bioorgánicos con una multa, con cuya imposición cumple con su deber burocrático de vigilancia pero que acaba de matar al agónico paciente. Una banda transportadora y unos pocos obreros no alcanzan a clasificar la basura orgánica para aprovechar la que puede convertirse en abono y rentar el dinero. No hay clasificación en la fuente. Los plásticos, papeles, cartón, vidrios y latas no tienen sitio. No se tratan adecuadamente los lixiviados. A pesar que los municipios del sur son grandes deudores morosos la empresa les sigue recibiendo las basuras. Y el problema ecológico del sector es monumental. Las Empresas Públicas Municipales deben reasumir el tratamiento de las basuras de Pitalito en el lote de su propiedad de 6 hectáreas con la construcción de celdas adecuadas, solución de choque que servirá por unos 5 a 7 años. Y luego debe construir y adecuar rellenos sanitarios con toda la tecnología que ellos exigen e implantar tarifas diferenciales para los usuarios que clasifiquen en la fuente. Y aplicar ya el remedio por medio del Plan de Tratamiento Integral de Residuos Sólidos, Pgirt, con las entidades públicas que manejan la problemática de este sector. Esas son las herencias que nadie le gustaría recibir de malas administraciones pasadas. Pero ese tipo de problemas, hábilmente eludidos por recientes administraciones, son los que miden la capacidad creadora de nuestros gobernantes y en su solución el actual alcalde lo tendrá que enfrentar con decisión y valor para sacarlo a flote.
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