AYUDAS ALIMENTARIAS Y EDUCATIVAS A NIÑOS POBRES DE SAN AGUSTIN
Steffen Gosewisch, un alemán que encontró en esta localidad un sitio especial para desarrollar su proyecto altruista en beneficio de los niños desamparados, es el creador de la Fundación Viracocha, dedicada a esta labor desde hace 6 años.
“Me di a la tarea de observar cómo muchos niños iban a la escuela sin tomar el desayuno y en ocasiones no almorzaban. Por esa razón quise hacer algo por ellos”, señala Steffen, un electricista y constructor que se quedó en el sur del Huila.
La fundación Viracocha inició su proceso de apoyo con 23 niños que fueron seleccionados entre los más necesitados para que recibieran el almuerzo, en la casa de Steffen, quien invertía recursos que ganaba con su trabajo.
Seis años después, la fundación Viracocha cuenta con el apoyo de empleados, empresarios, pensionados y estudiantes alemanes que adoptaron como padrinos a los 120 niños que hoy alberga en su comedor, quienes mensualmente aportan 15 euros, aproximadamente 40 mil pesos, para el programa de almuerzos, útiles escolares y pensiones en las escuelas y colegios de la localidad.
Desde pequeños de primaria hasta jóvenes de bachillerato, muchos campesinos, o de los barrios marginados de San Agustín, acuden de lunes a viernes al comedor de la Fundación, localizado en una casa alquilada, para recibir un almuerzo caliente, bien balanceado.
Steffen cuanta con el apoyo en San Agustín de su esposa, Lina Constanza Osorio, una manizalita que se desempeña como tesorera de la fundación, hace las compras de mercados y supervisa la cocina donde laboran tres manipuladoras.
Steffen dice que siente mucha alegría el poder ayudar a estos niños que sufren necesidades, y advierte que es un deber y amor al próximo compartir lo poco que se tiene. “Un pan no empobrece a nadie, pero sí lo enriquece, porque da alegría observar el rostro alegre de un niño que ha satisfecho su necesidad de alimento, y qué bueno es compartir”.
El programa de la fundación comprende, alimentación y educación, pero igualmente se ha visto inmersa en soluciones de salud, pues los niños bajo su amparo también se enferman y entonces deben acudir a sus amigos médicos en Pitalito quienes les prestan atención.
Esta labor social recibe el agradecimiento de los padres o acudientes de los niños, que se ofrecieron a trabajar un día en el mes en la pequeña granja integral que tiene la fundación en la vereda La Antigua, donde cultivan hortalizas, maíz, fríjol, plátano y frutas que hacen parte de la seguridad alimentaria para esta comunidad de niños de escasos recursos.
La fundación Viracocha inició su proceso de apoyo con 23 niños que fueron seleccionados entre los más necesitados para que recibieran el almuerzo, en la casa de Steffen, quien invertía recursos que ganaba con su trabajo.
Seis años después, la fundación Viracocha cuenta con el apoyo de empleados, empresarios, pensionados y estudiantes alemanes que adoptaron como padrinos a los 120 niños que hoy alberga en su comedor, quienes mensualmente aportan 15 euros, aproximadamente 40 mil pesos, para el programa de almuerzos, útiles escolares y pensiones en las escuelas y colegios de la localidad.
Desde pequeños de primaria hasta jóvenes de bachillerato, muchos campesinos, o de los barrios marginados de San Agustín, acuden de lunes a viernes al comedor de la Fundación, localizado en una casa alquilada, para recibir un almuerzo caliente, bien balanceado.
Steffen cuanta con el apoyo en San Agustín de su esposa, Lina Constanza Osorio, una manizalita que se desempeña como tesorera de la fundación, hace las compras de mercados y supervisa la cocina donde laboran tres manipuladoras.
Steffen dice que siente mucha alegría el poder ayudar a estos niños que sufren necesidades, y advierte que es un deber y amor al próximo compartir lo poco que se tiene. “Un pan no empobrece a nadie, pero sí lo enriquece, porque da alegría observar el rostro alegre de un niño que ha satisfecho su necesidad de alimento, y qué bueno es compartir”.
El programa de la fundación comprende, alimentación y educación, pero igualmente se ha visto inmersa en soluciones de salud, pues los niños bajo su amparo también se enferman y entonces deben acudir a sus amigos médicos en Pitalito quienes les prestan atención.
Esta labor social recibe el agradecimiento de los padres o acudientes de los niños, que se ofrecieron a trabajar un día en el mes en la pequeña granja integral que tiene la fundación en la vereda La Antigua, donde cultivan hortalizas, maíz, fríjol, plátano y frutas que hacen parte de la seguridad alimentaria para esta comunidad de niños de escasos recursos.
Comentarios
Publicar un comentario
Siga revistalaregion.blogspot.com