CREEMOS EN EL PODER DE DIOS. EL NOS SALVO
Estas fueron las palabras de los dos ancianos que en la noche del martes fueron sorprendidos por el estallido de una granada de gragmentación lanzada al interior de su humilde vivienda el la carrera 17 número 11 -05 del barrio Popular.
A las 9 de la noche, la pareja descansaba cuando de repente, fueorn advertidos de la golpe que a manera de pedrada interrumpió su sueño.
En cuestión de segundos, quedaron en medio de la oscuridad, el humo y tierra, producida por la violencia de la explosión .
Por fortuna para Octavio Figueroa Trujillo, de 77 años y su mujer, Martha Elena Samboní, de 51, no les causó lesiones físicas, pero sí emicionales, pues su casita, la nevera, el cilindro de gas, la estufa y los pocos muebles, que son su patrimonio, quedaron reducidos a nada.
A las 9 de la noche, la pareja descansaba cuando de repente, fueorn advertidos de la golpe que a manera de pedrada interrumpió su sueño.
En cuestión de segundos, quedaron en medio de la oscuridad, el humo y tierra, producida por la violencia de la explosión .
Por fortuna para Octavio Figueroa Trujillo, de 77 años y su mujer, Martha Elena Samboní, de 51, no les causó lesiones físicas, pero sí emicionales, pues su casita, la nevera, el cilindro de gas, la estufa y los pocos muebles, que son su patrimonio, quedaron reducidos a nada.
"Nosotros no tenemos enemigos, ni negocios con nadie, a excepción de la venta de frutas que realizamos diariamente en nuestra carretilla por las calles de Pitalito. Entonces no comprendemos cuál fue el motivo de lanzar esa cosa a nuestra casa, que por poco nos mata. Gracias a Dios, porque creemos en su poder, El nos salvó de morir", dijeron Octavio y Martha Elena.
Hoy acuden a la caridad de la comunidad para que les apoye con algo para comprar las tejas para reponer el techo de su casa y comprar los elementos básicos para su cocina que fueron destruidos con el atentado.
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