Mi comentario Rubén Ordóñez Ortega El actual Congreso de Colombia, con sus dos componentes Senado y Cámara de Representantes, que constituyen el poder legislativo, se desmorona constante y progresivamente, sin saberse cuándo terminará la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía de desmontar ladrillo por ladrillo este maltrecho edificio de nuestra democracia. Hoy, 55 parlamentarios investigados y cerca de 30 están detenidos y algunos de ellos condenados por cuenta de sus nexos de toda índole (políticos, económicos, contratos, etc.) con la parapolítica. Y eso que faltan las vinculaciones pecaminosas con su supuesta antítesis, la llamada Facpolítica, de la cual empezó el destape la influyente revista Semana donde hay enredados parlamentarios y gobernador huilense. Para tratar de atajar esta avalancha peor que las del río Páez, el gobierno como impulsor y el Congreso aprueban una reforma política a toda carrera, creyendo ingenuamente que con ello van a atajar el desplome del parlamento inva